¿Quién es el ejemplo de tu Hijo?

Martes 8 de marzo. Estaban convocados varios representantes para conversar sobre sus experiencias de crianza con sus hijos; en general, los retos y sus preocupaciones de vida. Las primeras intervenciones de una de las asistentes señalaban que todos sus hijos, en su momento sus hermanos, sus sobrinos y, más recientemente, sus nietos hacen todo lo que ven en la televisión. Lo expuesto fue secundado por otra de las asistentes quien, casi de manera inmediata, señaló que sus hijos imitaban lo que veían en las redes sociales. Las asistentes, en su mayoría, afirmaron que sus representados replicaban lo que veían hacer a sus artistas o dibujos animados favoritos, desde el comportamiento (sus acciones), hasta la forma de vestirse y su lenguaje expresivo.

Impresiona que, desde su mirada, el contenido transmitido en la tele o en Instagram y Tik Tok es lo que pone los patrones de imitación que siguen sus hijos; lo que se transmite por los medios de comunicación audiovisual es determinante en lo que los niños hagan o dejen de hacer. La necesidad de comprender lo señalado por quienes allí estábamos presentes, me llevó casi de manera inmediata a preguntarme: “Entonces ¿Quién es el ejemplo de tu hijo?”.

En muchas de las entrevistas que he realizado a padres, es frecuente escuchar que ellos identifican y reconocen “actitudes” en sus hijos que se asemejan a lo que ocurre en el círculo primario de interacción de la familia; “Él se parece a su papá” o “es igualito a su abuel@”, y no precisamente en el aspecto físico, sino en actitudes y/o comportamientos. Cabe entonces preguntarse si los patrones que imitan los niños vienen exclusivamente de lo que ven en los medios (TV, redes, videos, artistas, comiquitas) o es el resultado de un 50/50 con los medios por un lado y la interacción familiar por otro.

El contexto en el cual se desenvuelve el niño es determinante para modelar comportamientos tanto positivos como negativos: desde expresiones faciales, palabras, actos hasta conductas y más; los niños aprenden por la observación de sus figuras referenciales primarias. Aunque sea un acto inconsciente, la cuestión es que los niños eligen modelos a imitar porque les llaman la atención, porque se sienten identificados con ellos o porque comienzan a colocar en ellos sus primeras aspiraciones: quiero ser fuerte como tal, o valiente como tal, quiero tener los superpoderes de x personaje.

El psicólogo Albert Bandura, en su Teoría del Aprendizaje Social, habla del Modelado y señala que los niños van aprendiendo comportamientos nuevos observando e imitando los comportamientos de otras personas llamadas modelos. Bajo esta premisa, queda en evidencia que los modelos fundamentales en los procesos de crianza de un niño son los que se encuentran dentro de sus principales ámbitos de interacción y son los familiares los que regulan la exposición del niño a todo el contenido difundido en los medios. De esta forma, dichos contenidos pueden o no ser reforzados por los propios cuidadores.

Eres pues, responsable y protagonista de la crianza de tu niño, por lo cual, mucho de lo que hagas frente a él, será imitado por éste. En consecuencia, tienes una tarea muy importante por cumplir que es ser un buen modelo y asegurarte de que los demás modelos que el niño identifique también lo sean.

¿Qué puedes hacer?

• Respecto a las redes sociales, es necesario estar atento. Es importante que, respetando la privacidad, mantengas una observación regular y rutinaria con él. Busca crear vínculos de confianza que ayuden a que tu hijo se sienta cómodo con enseñarte lo que ve en línea.
• Cuando vayas a darles una instrucción o alguna explicación, recuerda no alzarle la voz. El gritar no te garantiza que te entienda más lo que quieres decir.
• No utilices palabras ofensivas o inadecuadas.
• Evita las discusiones, enfrentamientos y/o peleas delante de ellos.
• Reconoce y valora aquellas conductas positivas.
• Ten en cuenta que si la conducta problemática del niño traspasa el entorno familiar y se desarrolla también en otros ámbitos, será necesario que se trabaje en conjunto con todos los actores que intervienen en el proceso de crianza.

Finalmente, contempla la posibilidad de recurrir a ayuda profesional. Un psicólogo puede evaluar en profundidad cada caso y detectar si se está produciendo un trastorno de conducta o un problema de comportamiento temporal así como determinar las causas, promover la prevención y establecer la modificación de conducta más idónea en cada niño/a. Recuerda, recoges lo que siembras.

Psic. Antonio Castañeda