EL ROL DEL PSICOPEDAGOGO EN LA EDUCACIÓN DE NIÑOS CON SÍNDROME DE DOWN
Las posibilidades de aprendizaje de un niño con Síndrome de Down son amplias, permitiéndole de esta manera una adecuada integración a la familia y comunidad.
Una vez superadas las primeras etapas de desarrollo mediante la estimulación temprana, se hace necesario buscar estrategias educativas que permitan la integración y la socialización, para lograr avanzar en la educación formal. Deben establecerse objetivos centrados en conocimientos útiles y habilidades básicas para su mejor desenvolvimiento.
Para el psicopedagogo, la meta será lograr que los niños puedan aprender a aprender, así que se debe conseguir la estimulación de funciones cognitivas básicas como atención, percepción, memoria, comprensión, expresión, autonomía y socialización.
En el trabajo psicopedagógico es fundamental establecer prioridades y tener claro el qué es lo que se va a enseñar, cómo se va a enseñar y para qué se va a enseñar. Para ello, se debe disponer de variados recursos que sean útiles, prácticos y funcionales, considerando que los mismos pueden ser válidos para unos niños pero no para otros.
Cabe destacar que al momento de planificar los objetivos generales es importante analizar y establecer cuáles serán los pasos intermedios que lleven a alcanzarlos. De esta forma, se evita que aspectos básicos de aprendizaje queden por fuera.
Por consiguiente dichos objetivos deben ser:
- Individuales: siempre recordar que ningún niño(a) es igual a otro
- Prioritarios: planificar aquellos más importantes tomando en cuenta las necesidades del niño(a)
- Funcionales: que conlleven a una mayor autonomía
- Secuenciales y estructurados: alcanzar uno debe posibilitar la adquisición de otro; como ir subiendo una escalera.
- Evaluables, operativos y medibles: ya que nos permiten ver la evolución del niño y a la vez reestructurar el plan de intervención en caso que sea necesario.
Las estrategias psicopedagógicas son de gran importancia en la educación de niños y niñas con Síndrome de Down, ya que se realizan en base a sus necesidades y potencialidades. Así, le brindan las herramientas necesarias que le permitirán tener un mejor desarrollo físico, psicológico y emocional, en última instancia, facilitando la adaptación e integración a su entorno tanto familiar, como escolar y comunitario.
Elaborado por: Ma. del Carmen Calderón - Lic. en Educación Especial